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odiseas

El fin del mundo.

El fin del mundo.

   Me pregunto qué pasaría realmente si, de pronto, nos anuncian el fin del mundo, o una amenaza real lo suficientemente grave como para que el futuro inmediato de la vida en la tierra sea dudoso. Algo como un asteroide de unos pocos kilómetros de diámetro cuya trayectoria se cruza con la de nuestro planeta. ¿Cómo nos lo tomaríamos realmente? Para la cultura occidental agnóstica y atea, cuya fe (lejos de no existir) se basa en la publicidad y el consumo, y cuyos pastores y sacerdotes son nuestros receptores de televisión, ¿cómo encajaríamos la noticia? De pronto, el noticiero resuena en los altavoces de nuestros transistores, de nuestros televisores: "Un meteorito ha sido localizado por los astrónomos del Monte Palomar, y según sus informes su trayectoria pasa por la de nuestro planeta de forma que colisionará con él en el plazo de una semana. Se trata, según fuentes de la NASA, de un destructor total, un asteroide de treinta kilómetros de diámetro moviéndose a muchos miles de kilómetros por hora hacia nosotros. Su impacto se estima que será equivalente a varios cientos de bombas atómicas como la que impactó en Hiroshima".

   Como ocurrió con el atentado a las torres gemelas de Nueva York, mucha gente dejaría su trabajo para escuchar la noticia, pero yo creo que ésta atraería la atención de mucha menos gente. La mayoría pensaría que es una película o algún truco, ni siquiera comprenderían muy bien su significado, porque no tienen demasiado claro qué es un asteroide, o un meteorito, les sonaría tan real como marciano, hiperespacio o teletranspórtame, Scotty. A mi abuela la noticia no le diría nada, al menos hasta que alguien "de confianza" le dijera algo así como "vamos a morir todos". Claro que eso los abuelos ya lo saben, pero mi abuela, y otras muchas personas, no entenderían realmente el significado de esas palabras. Otros, curados de espantos, creerían que se trata de alguna broma como aquella que protagonizó Orson Wells en "La Guerra de los Mundos" en un ataque simulado de los alienígenas y transmitido por radio, lo que produjo, según se cuenta, una huida de muchos oyentes de la ciudad, con sus familias, buscando protección. O pensarían que es parte de algún show sensacionalista. Incluso no faltarían los que, versados en tales asuntos e incluso doctos en la materia, creerían que se trata de un error periodístico o de un intento para lograr mayor audiencia. Pero entonces harían zapping para comprobar que en todos los canales están hablando de lo mismo. Y entonces llamarían por teléfono.

   Una vez digerido, los días siguientes a la noticia, apuesto mi culo a que mucha gente iría a trabajar de forma "normal". De hecho, los propios periodistas encargados de seguir el acontecimiento verían lo posibilidad de destacar en su trabajo. Porque estoy convencido de que "el fin del mundo" no es una noticia lo suficientemente importante como para detener la inercia de nuestra cultura pragmática, la vorágime absurda de la rutina del consumo y la búsqueda del placer. Por supuesto habría alarmistas, y seguirían siendo tildados de alarmistas por aquellos que en ese acto de etiquetar viesen la oportunidad de sacar algún provecho personal o económico. Las grandes corporaciones harían sus cálculos, sus secretarias transcribirían y se desarrollarían estrategias económicas con respecto al acontecimiento. Algunos cogerían sus coches, lo llenarían con sus pertenencias y se irían al lugar más alejado del supuesto "punto de impacto", que se masificaría. Otros, pensando que todo es un ardid de los poderosos para que el verdadero punto de impacto no se masifique tomarían decisiones opuestas. Habría gente cavando en sus sótanos y la bolsa cerraría con mínimos alarmantes, mientras los supermercados se quedarían desiertos y muchos puestos de trabajo vacantes.

   Algunos atracarían tiendas y bancos. Otros se declararían a la mujer que ocupa su mente desde hace tanto tiempo. Y muchas de esas mujeres no los aceptarán. Otras supongo que sí. Y desde luego habrá personas que no se hayan enterado a falta de un día del impacto. Muchos supondrán, tranquilos que a los americanos se les ocurrirá algo, algún remedio, como en las películas. Todos pensarían (incluso los científicos, por supuesto) en enviarle unos misiles nucleares. El último día sería desde luego el más frenético. Suicidios, asesinatos, accidentes. Muerte. Un día normal.

3 comentarios

Anonimo -

Esta bueno...

lo que yo entendi esque

el fin del mundo seria que todos moririamos por accidentes, suicidios, asesinatos, ect

i no por el impacto del asteroide

El autor -

Siempre he pensado que me gustaría morir en una invasión extraterrestre. Un ataque tan imparable y calculado que sea impensable la supervivencia de ningún ser humano, ni en la antártida, ni en el amazonas ni en la polinesia. Un ataque de naves espaciales enormes con detectores de humanos que hagan desaparecer ciudades de décimas de segundo con sus rayos supermegaultramáticos. Saber que es el fin. Para todos. Y verlo desde un bonito punto de vista, la cima de un monte solitario, para ser un objetivo secundario y poder observar la masacre el tiempo suficiente. Ya no para ser consciente de la muerte (sin sufrimiento) de toda persona conocida. Sino por el mero hecho de "verlo", de experimentarlo. De vivirlo.

Eso o saltar desde un edificio: ya que es el fin, que sea a lo grande. Pero probablemente la palmaremos durante semanas, meses o incluso años metidos en un hospital, con enfermeras limpiándonos el culo. U olvidados en alguna residencia para ancianos en la que todos los internos tienen el mismo tipo de demencia senil: "nos meten pastillas en la bebida para que no recordemos lo que nos hacen..." Con suerte nos atropellará un coche, nos desnucaremos por unas escaleras o se nos caerá encima un satélite.

Un brindis por una muerte espectacular!

Niña -

mmm... me he quedado con la duda del final de la historia del meteorito.. al final impacta o no?

Y tu como reaccionarías... o mejor dicho como crees que reaccionarías ante la noticia?

Tengo que reconocer que me gusta esa historia q has planteado en la q morimos todos así tan derepente... sería la única vez q habría igualdad en el mundo. Por fin!